La encontré leyendo una novela rosa en medio de la calle, sentada en una banca de madera con patas de hierro, el sol jodiendo arriba. Eran las dos. Cuando llegué a su lado hizo un gesto, como al despertar de un sueño, alzó la mirada y me vió.
Alguna vez se creó un lazo de amor con uno de esos seres que vagan como un reflejo. Sintió lo intangible, y ahora dentro del libro parecía hallar la felicidad que nunca logró. Pero en aquel instante en que la quedé mirando, yo arriba y ella abajo, los ojos como ansiosos de ternura, un hecho grave nos sacó del silencio: se cayó algo del interior de su libro.
- Ah, disculpa, no sabía que estabas leyendo.
Estiró el brazo y recogió la foto sin pararse de la banca. Logré ver el título del libro. Metió rápidamente la foto dentro de las hojas amarillentas y me respondió:
- No, está bien, ven…
- Gracias.
Me senté a su izquierda; nos volvimos a mirar y nos sumergimos en nuestra propia ilusión del otro. Le propuse leerle un verso recién acabado, aceptó; luego ella me leyó uno suyo, algo pueril me pareció, pero, bueno, en su voz sonaba a música:
“Entre espinas
entre mierda
entre nada
entre vidas
que no viven
entre tú y yo
sólo existe niebla
espesa como azul
y corres cuando me tomas la mano
me jalas y me llevas hacia tu cueva
con amor
con pasión
pero ten compasión
cuando me dejes
destrozada
con el pecho abierto
muerta de amor por ti”
- ¿Te gusta?
- Un poco, sí, creo que sí.
- No estaba tratando de escribir precisamente para alguien, sino más bien pensando en mí misma.
- Eso es mejor.
- Sí, ya lo sé, por eso te hice caso, me senté, y después de un rato sentí como una liberación, fue en ese instante que me vino la inspiración, cogí la hoja y…
- Lo hiciste.
- Sí.
- ¿Te gusta?
- Un poco, sí, creo que sí.
- No estaba tratando de escribir precisamente para alguien, sino más bien pensando en mí misma.
- Eso es mejor.
- Sí, ya lo sé, por eso te hice caso, me senté, y después de un rato sentí como una liberación, fue en ese instante que me vino la inspiración, cogí la hoja y…
- Lo hiciste.
- Sí.
1 comentario:
No sabía que escribías y menos tan bonita.. chvre..
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